Moody’s, una de las más destacadas agencias de calificación de crédito en el mundo, ha lanzado una advertencia al Banco Mundial (BM), señalando que la institución podría ver afectada su calificación «AAA» si Estados Unidos opta por retirar su respaldo. Esta situación podría hacerse realidad debido a una revisión reciente que ha solicitado el presidente estadounidense, Donald Trump, para analizar el compromiso de su administración con varias organizaciones intergubernamentales, incluidos los bancos multilaterales de desarrollo.
El gobierno de Estados Unidos, siendo un accionista importante del Banco Mundial, juega un rol crucial en las decisiones de la entidad. Una posible disminución del respaldo por parte de Washington podría impactar en la estabilidad financiera y operativa de estos bancos, afectando de manera directa sus calificaciones de crédito. De acuerdo con Moody’s, la falta de este apoyo de Estados Unidos podría tener consecuencias negativas en la capacidad del Banco Mundial para conservar su máxima calificación.
El 2 de febrero de 2025, Trump firmó un decreto ejecutivo que dispone una revisión de la relación de Estados Unidos con las organizaciones multilaterales, lo cual podría implicar una reconfiguración o una retirada de fondos de ciertos organismos internacionales. A través de este examen, la administración estadounidense busca evaluar el retorno de inversión en dichas instituciones, particularmente en aquellas asociadas con el apoyo económico y financiero a países en desarrollo.
Esta situación ha causado inquietud en la comunidad internacional, dado que el Banco Mundial es esencial para financiar proyectos de desarrollo en países de ingresos bajos y medios. La organización ha sido un soporte clave en la promoción de políticas para combatir la pobreza y estimular el crecimiento económico en varias naciones. En este contexto, el retiro del apoyo de Estados Unidos podría impactar tanto en la operatividad del banco como en la ejecución de importantes proyectos de infraestructura y bienestar social en diversas regiones del mundo.
Desde el sector financiero, se sigue con precaución este desarrollo, ya que la calificación «AAA» que actualmente tiene el Banco Mundial refleja su solidez financiera. Perderla podría repercutir en su capacidad para acceder a los mercados de deuda internacionales con tasas favorables, lo cual podría elevar el costo de los préstamos para los países en desarrollo. La calificación crediticia de la institución es crucial para asegurar que siga operando como el principal prestamista mundial de proyectos orientados al desarrollo.
En el ámbito de las relaciones diplomáticas, esta acción indica una postura más aislacionista por parte del gobierno de Trump, que previamente ha manifestado su desinterés por otros mecanismos multilaterales. No es la primera ocasión en que el presidente estadounidense pone en duda la eficacia de las organizaciones internacionales, y su mandato reciente ha acentuado esa inclinación.
Mientras tanto, el Banco Mundial ha tratado de tranquilizar a sus socios asegurando que continuará operando con el respaldo de sus otros miembros, aunque la decisión de Estados Unidos podría tener un impacto significativo en el mediano y largo plazo. Otros países y miembros del banco han expresado su apoyo a la institución, destacando la importancia de preservar su independencia y solidez financiera para continuar desempeñando su función en el panorama mundial.
Por su parte, el Banco Mundial ha intentado asegurar a sus socios que continuará trabajando con el respaldo de sus demás miembros, pero el impacto de esta decisión de Estados Unidos podría ser relevante a mediano y largo plazo. Otros países y miembros del banco se han pronunciado en apoyo a la institución, subrayando la importancia de mantener su independencia y solidez financiera para seguir desempeñando su labor en el escenario global.
Este debate sobre la financiación y el futuro del Banco Mundial pone en evidencia las tensiones políticas globales, así como la necesidad de repensar el papel de los bancos multilaterales en el contexto de una creciente competencia por recursos financieros entre naciones. Sin duda, las próximas decisiones de Estados Unidos tendrán un impacto determinante en la trayectoria de la organización y en el enfoque global hacia el desarrollo económico.