El té matcha, un polvo verde vibrante originario de Japón, ha experimentado un auge sin precedentes en popularidad en todo el mundo. Desde bebidas hasta postres y productos de panadería, el matcha se ha infiltrado en casi todos los rincones de la cultura alimentaria global. Impulsada por las redes sociales y la promoción de influencers, la etiqueta «#MatchaTok» acumula millones de visitas, lo que ha convertido este té tradicional en un fenómeno cultural. Sin embargo, la creciente demanda está comenzando a afectar la disponibilidad de este valioso té, y las dificultades para satisfacer las necesidades del mercado global están generando consecuencias económicas y culturales.
El fenómeno del matcha ha llegado a tal nivel que, según Lauren Purvis, importadora de té en Estados Unidos, lo que antes representaba el suministro mensual para algunos minoristas ahora se agota en cuestión de días. La rapidez con la que se venden los suministros, combinado con una producción que no puede seguir el ritmo, está llevando a un aumento de los precios, lo que pone en peligro la sostenibilidad de este fenómeno.
Causas de la escasez: clima y producción limitada
La elaboración de matcha es un procedimiento meticuloso y exigente. Se produce utilizando hojas de té verde tencha que deben crecer bajo sombra durante varias semanas, lo cual contribuye a realzar su distintivo sabor «umami». Luego, estas hojas se secan y se trituran hasta obtener un polvo, un procedimiento que es pausado y necesita molinos de piedra, capaces de generar únicamente 40 gramos de matcha cada hora.
No obstante, los fabricantes de matcha han enfrentado complicaciones para satisfacer la demanda debido a causas externas. Las intensas olas de calor en Japón han impactado de forma adversa las cosechas, particularmente en la región de Kioto, una de las principales zonas productoras de tencha. Las altas temperaturas han resultado en cosechas deficientes, disminuyendo aún más la disponibilidad de este valioso té.
Además, en Japón existe una falta de agricultores jóvenes interesados en participar en el sector del té, lo que complica aún más los retos para mantener la producción a niveles suficientes para satisfacer la demanda en aumento. A pesar de estos inconvenientes, el interés sigue siendo elevado, lo que ha llevado a ciertos comercios en ciudades como Kioto a establecer restricciones en la cantidad de matcha que los clientes pueden adquirir, debido a la escasez del producto.
Aumento de precios y la preocupación por la calidad
El aumento de la demanda también ha provocado un incremento en los precios del matcha. Las tiendas especializadas y las cadenas de ceremonias de té como Chazen han aumentado sus precios en un 30% este año debido a la escasez. Aunque muchos consumidores están encantados de conocer más sobre la cultura japonesa a través del matcha, también existe una creciente preocupación por cómo se utiliza el té en la cocina.
Algunos especialistas, incluyendo a Atsuko Mori, quien es directora de Camellia Tea Ceremony, han manifestado su pesar al observar que el matcha de excelente calidad se emplea frecuentemente en bebidas y platos donde su exquisito sabor se pierde. Mori y otros promotores del té de calidad sostienen que el matcha debería disfrutarse en su estado más puro, y no solo como un ingrediente culinario más.
La Asociación Global del Té Japonés ha promovido el uso de matcha de menor calidad, que proviene de cosechas tardías y es más adecuado para cocinar, para aliviar la presión sobre los tés más finos. Esta distinción entre los diferentes tipos de matcha es crucial para garantizar que los consumidores disfruten del té de manera respetuosa y que se apoye la tradición y la artesanía que lo acompaña.
El impacto de los aranceles y la situación internacional
Aparte de la falta de oferta y la subida de costos, los proveedores de matcha también tienen que lidiar con las consecuencias de las políticas comerciales globales. Las tarifas aplicadas por Estados Unidos a los productos provenientes de Japón, como el matcha, han generado mayor inseguridad en el mercado. El nuevo acuerdo comercial entre EE.UU. y Japón, que establece un arancel del 15% sobre los productos japoneses, podría influir todavía más en los precios del té, sobre todo para los proveedores que dependen del abastecimiento directo de Japón.
Lauren Purvis, quien dirige una empresa de importación de té, expresó su preocupación por cómo los aranceles podrían aumentar los costos y reducir aún más la disponibilidad del matcha. Si bien el mercado está experimentando un auge en la demanda, Purvis señala que el aumento de los costos debido a los aranceles podría afectar la viabilidad del negocio a largo plazo, ya que el té japonés no se cultiva en los EE.UU. y la industria local no está protegida de estos impuestos.
El porvenir del matcha: un mercado en evolución continua
Si bien el interés por el matcha sigue en aumento, se anticipa que el mercado eventualmente se adaptará. Algunos expertos auguran que la demanda podría nivelarse en los siguientes dos o tres años, a medida que el atractivo del matcha decaiga y los compradores opten por opciones más económicas. No obstante, la mezcla de una gran demanda, la limitada producción y los retos comerciales a nivel internacional sugiere que los costos seguirán siendo elevados en un futuro próximo.
El efecto de esta tendencia mundial en el mercado del té es indiscutible. Aunque ciertos consumidores continúan gozando del matcha debido a sus beneficios para la salud y su sabor distintivo, otros están alerta por la sostenibilidad en el incremento del producto, particularmente en lo que respecta a su calidad y oferta. El destino del matcha dependerá de cómo los cultivadores, distribuidores y consumidores logren mantener un equilibrio entre la demanda y la capacidad de producción, y de cómo se enfrenten los desafíos logísticos y económicos que acarrea este fenómeno global.
