El cambio en la nominación demócrata a la presidencia de Estados Unidos quedó evidente en un evento reciente en Maryland, donde los jóvenes se reunieron para apoyar a Kamala Harris y Joe Biden, quienes decidieron no presentarse a las elecciones. Bajo una intensa presión de su propio partido, Biden apareció junto a Harris ante una gran ovación que subrayó el nuevo papel del vicepresidente.
Harris tomó el micrófono y recibió una gran ovación, mientras Biden dio un paso atrás, simbolizando su transición a un papel menos convencional. El vicepresidente renovó el entusiasmo entre los demócratas, alimentando el optimismo sobre una posible victoria sobre Donald Trump en noviembre. Mientras tanto, Biden afrontará los próximos cinco meses como un “pato saliente”, lo que podría beneficiar y perjudicar a Harris en su campaña.
Durante el evento, Harris elogió a Biden, destacando su capacidad de escucha y sus logros en la administración, particularmente en la reducción de los precios de los medicamentos. Aunque el evento tuvo la sensación de una manifestación, Biden pronunció un discurso poderoso, hablando de su edad y de los ataques de Trump.
Crea un delicado equilibrio para Harris a medida que se acerca la campaña. Debe distanciarse de un presidente impopular y al mismo tiempo intentar capitalizar su apoyo. Su enfoque en la economía será clave y se espera que su campaña se desplace a estados clave como Pensilvania, donde también participará Biden.
Ese equilibrio será evidente en la próxima convención demócrata en Chicago, donde Biden y Harris compartirán escenario mientras el partido se prepara para el 5 de noviembre.
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