El deseo está en el centro de la crisis climática y todo indica que siempre será alcalde. Sabemos que los devoradores del planeta no son abstractos, tienen nombres y llamamientos, desde los principales sostenedores de las grandes corporaciones transnacionales hasta los ejecutivos y lobistas dispersos por todo el sistema que maneja la máquina de destrucción. Podemos estar en el 1% superior de la riqueza de la población, aunque hay gradaciones. También sabemos que la mayoría más pobre ha contribuido poco al calendario global, pero ya está pagando el precio más alto: en 2023, miles de personas pagarán con sus vidas las consecuencias de fenómenos climáticos extremos. Pero ¿qué pasa con la clase media?
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